26 de febrero de 2008
Pozos de ambición
There will be blood es un gran título, no ese propuesto por la distribuidora en España que suena más a serial televisivo y hace desmerecer mucho a la película de Paul Thomas Anderson.
________La película es ambiciosa en todo: en su propuesta, en su guión, en toda la producción… y aspira a clásico desde la primera secuencia. Esto tiene sus pros y sus contras, ya que si recordamos los clásicos del cine (El Padrino, Ciudadano Kane, Apocalypse Now) todos requieren de un esfuerzo por parte del espectador para dejarse absorber y deleitarse con el metraje. De ahí procede el ritmo pausado con el que Anderson introduce la historia de un magnate del petróleo desde los inicios más modestos, cuando todo eran sueños y un sacrificio que podrían truncarse en destino fatal. De hecho, si en ese mismo comienzo las consecuencias de lo que sucede hubieran sido mayores, la historia no existiría.
________A partir de este momento toda la trama comienza a tejerse con el transcurso de los años. Si hubiera que calificar con una palabra There will be blood, la palabra sería, como ya he comentado, ambiciosa. Y es que recorremos junto al protagonista una parte decisiva de la historia americana, aquella que irremediablemente condujo a la Gran Depresión de los años 30 que proseguiría al final de la película.
________Asimismo, la historia es un vehículo en el que caben tramas paralelas de vital importancia como el surgimiento de un nuevo fervor religioso que dio lugar a la aparición de distintas iglesias a lo largo del territorio americano, muchas de las cuales aún conservan parte de sus fieles. Los instintos humanos quedan a la altura del suelo, e incluso se rebajan al mismo nivel que las bolsas de oro negro. Junto a la grandeza de las construcciones, compras de tierras y aparición de pozos por todas partes se descubre la historia de humanos que luchan por salir adelante pese a las adversidades. Al final resulta que el mejor espejo en el que reflejar dichos instintos es la pareja de padre e hijo, un Daniel Day Lewis que a veces se excede en su forma de actuar, y un Dillon Freasier que, sin ser genial, bastante tiene el pobre con soportar que lo llamen (y juro que en español suena así) hacheuvedoble. Al final sólo quedan la culpa, redención y corrupción que conllevan la subida al imperio del petróleo y su consecuente caída a los infiernos.
________Me gustaría destacar la fuerza del joven Paul Dano, que está forjándose una más que interesante carrera cinematográfica y brilla en cada escena-duelo junto a Lewis en el papel de líder de la Iglesia de la Tercera Revelación. Esos son los momentos mayúsculos de la cinta, los que tiran de personajes cara a cara alejándose de los grandes planos. A las imágenes las acompaña una poderosa banda sonora que en ocasiones desentona con lo que vemos, dando lugar a un resultado irregular. Es odioso comparar, pero en Magnolia ésta era mucho más modesta y a la vez más perfecta.
________Al final tenemos una película que no da concesiones a la Historia, no la maquilla como epopeya colosal, no deja entrever un brillo inexistente… pero que se pierde en su ritmo pausado y la longitud del metraje. Como ya han apuntado, el desenlace, golpe de efecto incluido, queda algo precipitado tras lo visto a lo largo de la película. No cabe duda: la misma propuesta merecía ir a los Oscar, y los que apostaron que se llevaría la estatuilla sólo podían apoyarse en el hecho de que habla de Estados Unidos y de su Historia, no porque There will be blood sea perfecta.
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