Ya se acerca la recta final de la novena temporada de Buffy, Cazavampiros, después de muchos meses, muchas entregas y una propuesta de lo más alternativa que nos ha permitido gozar de lo lindo con nuestros Scoobies (y sin ellos, y con nuevos personajes, y con viejos conocidos). Esta temporada hemos tenido no una, sino dos series o dos entregas paralelas con sus crossovers: la propia Buffy: Season 9 y Angel & Faith, que se ha convertido en la auténtica revelación de la propuesta. Por si fuera poco, hemos contado con dos miniseries centradas en los que probablemente sean los dos personajes más interesantes del Buffyverso, Willow Rosenberg y el vampiro Spike.
La dinámica entre Faith Lehane y Angel es de las que mejor funcionan en toda la historia de la ficción, ya que ambos no terminan de soportarse, pero se respetan, ambos tienen un lado muy oscuro contra el que siguen en perpetua lucha y ambos son bálsamos para el otro: han conocido la traición, la muerte, el rechazo y la penitencia. Por eso, no es de extrañar que esta entrega acentúe más si cabe dicho camino redentor en el que tanto la cazadora como el vampiro tratan de reconciliarse de manera definitiva con Giles, el Vigilante muerto. Los escritores han tenido la argucia de "resucitar" al personaje a través de sus diarios, familiares y conocidos, mientras Angel se atreve a desafiar las reglas de la magia para traer de vuelta a la vida al británico mediante la recolección de fragmentos de su alma y objetos con residuos mágicos. Entretanto, deben enfrentarse a dos nuevos enemigos, viejos compinches de Twilight, que no parecen dispuestos a dejar que nuestro vampiro con alma vuelva a ser feliz.
Por su parte, Buffy trata de encontrar (una vez más) su lugar en un mundo sin magia mientras la población de vampiros zombies o zompiros se desata con una velocidad alarmante.En su camino se topa un tipo capaz de robar el poder de las criaturas mágicas. Muy bien introducido el personaje, que en su momento parecía un nuevo aliado de los Scoobies, aunque ha resultado ser otro de los grandes malos de la temporada. Y es que el otro malo es Simone, una de las cazadoras más conflcitivas que se activaron al final de la séptima, amante de las armas de fuego y declarada enemiga de Buffy, a quien culpa de la muerte de todas las cazadoras ys de la situación del mundo sin magia que ésta ha provocado. Hay, por supuesto, otras tramas, como la polémica del aborto, el retorno del Buffybot, la aparición de Billy, el Cazavampiros por vocación, adolescente, gay e inexperto. También la aparición de Illyria como uno de los ases que se guardaban los guionistas, y la ausencia de la pareja formada por Dawn y Xander.
Como vemos, una temporada de lo más completa, a veces caótica, sobre todo en la parte concerniente a Buffy y los Scoobies, aunque a estas alturas, inmersos ya en el tramo final, parece articularse todo y el engranaje cobra un sentido inaudito. El cambio de medio le sentó a Buffy peor de lo deseable, pero asumidas las reglas del cómic no hay más que felicitar a los responsables de esta novena temporada por mantenerse fieles a su mitología y universo, enriquecerlo y construir un clímax que tiene toda la pinta de ser épico.
Por su parte, Buffy trata de encontrar (una vez más) su lugar en un mundo sin magia mientras la población de vampiros zombies o zompiros se desata con una velocidad alarmante.En su camino se topa un tipo capaz de robar el poder de las criaturas mágicas. Muy bien introducido el personaje, que en su momento parecía un nuevo aliado de los Scoobies, aunque ha resultado ser otro de los grandes malos de la temporada. Y es que el otro malo es Simone, una de las cazadoras más conflcitivas que se activaron al final de la séptima, amante de las armas de fuego y declarada enemiga de Buffy, a quien culpa de la muerte de todas las cazadoras ys de la situación del mundo sin magia que ésta ha provocado. Hay, por supuesto, otras tramas, como la polémica del aborto, el retorno del Buffybot, la aparición de Billy, el Cazavampiros por vocación, adolescente, gay e inexperto. También la aparición de Illyria como uno de los ases que se guardaban los guionistas, y la ausencia de la pareja formada por Dawn y Xander.
Como vemos, una temporada de lo más completa, a veces caótica, sobre todo en la parte concerniente a Buffy y los Scoobies, aunque a estas alturas, inmersos ya en el tramo final, parece articularse todo y el engranaje cobra un sentido inaudito. El cambio de medio le sentó a Buffy peor de lo deseable, pero asumidas las reglas del cómic no hay más que felicitar a los responsables de esta novena temporada por mantenerse fieles a su mitología y universo, enriquecerlo y construir un clímax que tiene toda la pinta de ser épico.
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