20 de agosto de 2011

Señores que follan niños II

Antes, se podían casar. Durante siglos, los curas se casaban y tenían pareja e hijos. ¿Qué pasó? ¿Eran esos peores párrocos que los actuales? ¿Por qué? ¿Por tener una vida más plena? ¿Por comprender los conflictos de pareja y la responsabilidad de ser padre? En cualquier caso, la Iglesia dijo hasta aquí hemos llegado, se acabó procrear entre sacerdotes, se acabó la prole que hereda, se acabó la esposa que resta tiempo y concentración (no quisiera yo malmeter: no digo que la Iglesia hiciera esto para hacerse más y más rica). Pero no es eso a lo que íbamos. La Iglesia, la institución, que siempre ha mirado por sus intereses sin apocarse a la hora de atacar ferozmente a otras religiones, y eso que Jesús, por ejemplo, era judío, y todos los apóstoles y discípulos, y María la Virgen, al menos hasta que conocieron al profeta "hijo de Dios".
       Dicho esto, la Iglesia se ha hecho célebre por apoyar estados totalitarios (tal vez preservando su beneficio propio y sus ¿valores?), por condenar a colectivos enteros (mujeres adúlteras,científicos, homosexuales, brujas, ¡brujas, sí!) en un proceso de depuración ideológica llevado a cabo con argucias tan discretas como el Tribunal de la Santísima Inquisición o sencillamente sirviendo de pilar base de, y es un ejemplo, el franquismo. Asistir a ejecuciones, dar el perdón a un dictador y estar presente en esa caza de brujas no le hizo mucho bien a la Iglesia. Le dio un poder rotundo en su tiempo, cierto. Un poder que nunca volverá a tener, al menos, en España. Se murió el dictador, y con la llegada de la democracia, se acabó el chollo que tenía la Iglesia. En lugar de un estado laico, conseguimos un estado aconfesional (el único de Europa, dicho sea de paso). Un estado que se declara aconfesional no puede ceder ante ninguna religión. No puede favorecer a una en detrimento de las otras, y ahí tenemos que se estudia(ba) religión en la escuela de forma casi obligatoria, que en NUESTRA declaración de NUESTRA renta aparece una casilla para la Iglesia católica, pero no para el Islam, budismo, los ba'hai, judaísmo... No, sólo para la Iglesia. ¿Qué clase de aconfesionalidad es ésa cuando viene el representante de la religión y se le recibe con honores de Jefe de Estado? Es que el Vaticano es un Estado. Ok. De acuerdo, pero viene como líder religioso, no en misión de estado. ¿A qué toda esta paralización del país y de la capital? ¿A qué tanta atención?
Parece ser que, vista la caída sin frenos que lleva la Iglesia en España, necesitaban organizar SUS Jornadas Mundiales de SU Juventud en Madrid como un modo de decirle al mundo que España sigue siendo ejemplar en cuanto a religión. Pero no es ejemplo de nada. La Iglesia en España es actualmente motivo de mofa, y sus creyentes ciegos, provocan poco más que lástima por su inocencia.
       Y hay cristianos buenos, sí. Gente que trata de hacer el bien con los vecinos, incluso párrocos que llevan a cabo iniciativas para los desfavorecidos. Pero hay mucho que ocultar. Hay extorsión, fuentes de ingresos dudosas, pederastia, radicalismo. Lo que más daño ha provocado a la Iglesia, más allá de su posición retrógrada en materia social, ha sido la lacra de la pederastia. Se ha formado una imagen pública en la que los párrocos son señores que follan niños, y por eso no los podemos respetar. En realidad es una lástima con el gran número de personas que realmente creerán en los valores positivos que predica el catolicismo, pero da la sensación de que los fieles avanzan a mayor velocidad que la institución. Si algo aprendemos a medida que crecemos es a dar pasos de gigante y adaparnos a los tiempos que corren. La Iglesia parece negarse a admitir que vivimos en el siglo veintiuno, donde la gente sale, se enamora de varias personas en la vida, folla por placer, bebe sin mesura y trata de ser feliz porque no nos queda otra cosa. No nos queda el Cielo. El Cielo es para los pobres, los que se aferran a la fe como única salida por la promesa de un mundo mejor después de la vida. Por eso esta crisis de vocaciones en los países desarrollados, y es que antes muchas familias enviaban a sus hijos al seminario por la extrema pobreza de un país en entreguerras, más por necesidad que por fe.
       Me decía un opusino, la rama más radical de la Iglesia, que es injusto tildar a los cristianos de pederastas porque ocurran hechos aislados, que sería lo mismo que llamar a todos los madridistas violadores si mañana madridista violara a alguien. Yo le dije que los curas son la parte que da ejemplo, la "directiva o jugadores", y no la comunidad que ensalza. Y que esto no son casos aislados. Que la política del Vaticano con respecto al tema ha sido lenta, injusta y dudosa. Y digo yo que Ratzinger, cara visible de una institución que no tiene empresa en la tierra, no ayuda; recordemos a Juan Pablo II, ese señor entrañable que se ganó el respeto del mundo a todos los cristianos.
       En definitiva, vivimos en un mundo de continuo cambio, de evolución, de derribo de prejuicios, de ansias de vivir donde los valores anticuados han sido relevados por los sensatos. Yo, ateo declarado, soy educado, me lavo las manos antes de comer, siento empatía por aquellos que sufren y respeto las decisiones de los demás siempre que no tengan repercusiones en terceros. Creo en el arte y el amor, creo en la igualdad, la libertad real, creo que es posible cambiar las cosas, y aunque el mundo esté lleno de cristianos de puta madre, hasta que la Iglesia no se ponga al ritmo del siglo en el que vivimos y respete a los demás, no nos quedará más que verla como un grupo de señores que follan niños.

1 comentario:

  1. Entre la parte 1 y la parte 2, más o menos tenemos una opinión muy semejante con algunos detalles o matices diferentes pero en esencia hablamos de lo mismo de diferentes formas. Para mi punto de vista, las creencias siempre han sido un buen escondite a los miedos propios y ajenos, un lugar donde sentirse seguro cuando alguien tiene una falta de autoestima. ¿Dios? dios soy yo, tu, aquel y todos nosotros. Yo tengo algo en que creer, sin esconderme de mis miedos, simplemente creo en mi, esa es mi fe, saber que puedo, saber que quiero, saber quién soy y seguir buscando caminos para sentirme bien conmigo mismo.
    Dioses, creencias y humanos que las manejan hay muchas, fe solo hay una, la propia y esa es la que de verdad mueve montañas.

    Me ha gustado tu reflexión, felicidades.

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