La cuestión: a lo que íbamos. Billy. Introducir un personaje nuevo entre los Scoobies, no sólo un personaje episódico y prescindible. A estas alturas, y ya hablé del tema, volver a la adolescencia, también columna fundacional de la ficción, resulta imposible con los protagonistas existentes. El invento con Dawn no funcionó demasiado bien a este respecto, y tampoco el de las potenciales, ya que el tema adolescencia y dudas y errores y angst quedaba disperso y alejado de la comedia de instituto que poblaba la serie en sus primeras entregas. Sin embargo, la llegada de Billy y su entorno (amigos, novio) nos retrotraen a esa dinámica fresca de la juventud, que vira más hacia la comedia, y a temas que ya dieron tanto juego como el primer amor. Aunque suponga otra vuelta de tuerca sobre la mitología, aunque los chicos no puedan ser Cazadores (al menos, no legítimos, no místicos, porque existen Cazadores: Xander, Oz, Wood...).
Aquí es donde entra en juego Love
vs Life, esta entrega especial que se ha publicado de manera paralela con el
tramo final de la línea principal de la
Temporada 9, sólo que en tres números de la revista Dark Horse Presents. La
historia de Billy, el Cazador de vampiros, transcurre a la vez que los intentos
de Buffy, Willow y Xander por salvar el mundo en el centro del planeta.
Mientras tanto, Billy trata de salvar su pueblo del incremento de zompiros, a
su novio y a sus seres queridos, mientras se replantea qué hacer con su
relación. Al volver de San Francisco, donde conoció a Buffy (tras, además, ser aceptado por ésta en el núcleo de los Scoobies), sus ideas han cambiado. La propia Summers le ha aconsejado sobre qué decisiones tomar en el amor cuando se es un Cazador. Por eso, nada más llegar a su pueblo, le deja las cosas claras a Devon y decide cortar con él por su propio bien. La gente siempre deja a la gente por el bien del otro. Pero Devon no lo entiende, y el padre de Devon, tampoco. Y las cosas, entre zompiros y amigos y familia, se complican, y finalmente deciden (o al menos así lo dan a entender) darse una oportunidad más.
Pero no es eso lo importante. En plena lucha, en la decisión del momento, de la adrenalina, de la vida o la muerte o el amor, el mismo Billy tiene flashes de la Primera Cazadora, es decir, las mismas visiones que han tenido por siglos las Cazadoras elegidas por la magia, y aunque esto aún no se explica, y supongo que se hará más adelante, viene a determinar que la introducción del personaje es totalmente lícita y canónica, que tal vez en un mundo sin magia donde las Cazadoras no pueden ser llamadas, las nuevas Cazadoras (o Cazadores) son formados por decisión propia en ausencia de potenciales. Como digo, una nueva vuelta de tuerca a todo el universo ficticio. Y eso que la décima temporada, que se viene de aquí a unos meses, parte de nuevo con las reglas cambiadas. Esto podría convertir a Billy en único en su especie, o, por qué no, abrir una nueva senda de Cazadores que velen por el legado de la primera mujer que combatió a los demonios. Y es que no sólo las mujeres tienen sus propios demonios, y en un mundo tan metafórico como el de Buffy Cazavampiros era lógico que todos los sujetos tuvieran su representación. Como digo, nos guste o no, esto es canon. Nos guste o no, las reglas han cambiado.
Y nos gusta.
Pero no es eso lo importante. En plena lucha, en la decisión del momento, de la adrenalina, de la vida o la muerte o el amor, el mismo Billy tiene flashes de la Primera Cazadora, es decir, las mismas visiones que han tenido por siglos las Cazadoras elegidas por la magia, y aunque esto aún no se explica, y supongo que se hará más adelante, viene a determinar que la introducción del personaje es totalmente lícita y canónica, que tal vez en un mundo sin magia donde las Cazadoras no pueden ser llamadas, las nuevas Cazadoras (o Cazadores) son formados por decisión propia en ausencia de potenciales. Como digo, una nueva vuelta de tuerca a todo el universo ficticio. Y eso que la décima temporada, que se viene de aquí a unos meses, parte de nuevo con las reglas cambiadas. Esto podría convertir a Billy en único en su especie, o, por qué no, abrir una nueva senda de Cazadores que velen por el legado de la primera mujer que combatió a los demonios. Y es que no sólo las mujeres tienen sus propios demonios, y en un mundo tan metafórico como el de Buffy Cazavampiros era lógico que todos los sujetos tuvieran su representación. Como digo, nos guste o no, esto es canon. Nos guste o no, las reglas han cambiado.
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