14 de mayo de 2010

En casa de Ismael Serrano


El jueves me presentaron a Ismael. Pero antes nos enseñó su casa y nos habló de su bloque y de su vecindario. De los vecinos, de los ruidos, los piques, las pequeñas batallas que liberan cada día: amores, muertes, encuentros y desencuentros. Porque a veces despertar con un bolero no tiene por qué ser malo.



El concierto fue genial, tal y como nos tiene acostumbrados. Hubo tiempo para los clásicos, para lo más nuevo, para reír y para llorar (lo juro, mucha gente lloró), para estar distendidos y comprometidos. Abrió el concierto con "Vuelvo". Hizo de anfitrión y nos presentó a todos sus vecinos con sus pequeños quehaceres a través sus canciones. Si bien es cierto que el público no estuvo tan entregado o cómplice como habitualmente, Ismael y sus músicos supieron sortear la situación y así entregarnos un concierto in crescendo. Naturalmente, eché en falta canciones que siempre me faltan en sus conciertos ("Ana", "Instrucciones para salvar el odio eternamente" o "Cien días" [incomprensible esta omisión]) así como algunas más conocidas: "Casandra", "Amo tanto la vida" o "Ultimamente" (¡!). No obstante, supo encontrar el equilibrio y salir del farragoso terreno de las canciones nuevas que nadie ha aprendido aún. Los momentos más emotivos se vivieron, cómo no, con los temas más nostálgicos y románticos del madrileño, que si "Vértigo" por aquí, "Recuerdo" por allá... El concierto, que duró dos horas largas, concluyó con dos bises donde el público ya estaba de pie amontonado alrededor del escenario. Para esta parte Ismael se había guardado temas de gran calado ideológico. Habló de Garzón antes de que todo se acabara por convertir en una mierda y, como adivinando el futuro, le dedicó "Al bando vencido". Tras dos o tres canciones más o menos positivas, en el segundo bis cerró el concierto con su tema estrella y todos coreamos a voz pelada "Papá cuéntame otra vez", puño en alto mediante y el corazón a mil. Un señor concierto.
Lo bueno es que no quedó ahí la cosa, ya que cuando acabó el concierto y nos estaban echando LITERALMENTE de la sala, los cuatro grupies que quedábamos tuvimos que salir. Entonces vi a Fran Fernández, un cantautor granaíno con el que había hablado antes (la historia es más larga) y me dijo que si eso, me dejaba entrar él. Entré y me presentó a Ismael... madre mía, el mismísimo Ismael hablando conmigo sobre mi libro. Y yo le regalé un ejemplar dedicado y él me dedicó sus discos y le di un abrazo y :)
:)



:D
Yo le escribí en el libro: "Para Ismael, gracias por ponerle banda sonora a mi vida y por recordarme que crezco aunque no sea consciente. Porque a veces no es tan malo crecer ni amar ni volar. Con cariño y admiración, Jose".
Y él me escribió: "Gracias Jose por la atención, por tu libro. Crecer no es tan malo si no nos rendimos, si recordamos qué es vivir. Jose, a pesar del vértigo, seguimos ¿sintiendo?. ¡Suerte en todo!"

Desde luego, yo soy un poquito más feliz desde entonces.



Actualización 29 de mayo:

Al fin han subido una canción del concierto, nada más y nada menos que "No estarás sola"

3 comentarios:

  1. Anda, fíjate tú, si te chiva esa cosa que llego desde el Facebook y que soy de Sabadell. ¡Se está perdiendo el romanticismo, Jose!
    jajaja
    A decir verdad, yo salí del concierto de Ismael con una sonrisa. Entiende que soy muy cabezón, pero tanto puño en alto y tras tres horas y cuarto con él, uno le acaba cogiendo cariño.
    Un abrazo enano.

    ResponderEliminar
  2. Ay, Ismael, Ismael...
    qué grandes los dos ahí juntitos

    María

    ResponderEliminar
  3. Me alegra que te gustara. Y que le regalaras tu libro, así podré leerlo yo

    ResponderEliminar