3 de diciembre de 2010

El abrazo del koala


Señores observan los documentales en la siesta.
Mujeres se enamoran de los marsupiales.
Quiero abrazarlo.
El tiempo que se para en mi ventana y
me invita.
Criaturas que son armas de doble filo.
Peluches sensibles,
aromas de Edén,
bondad en frasquitos.
Dice quien los conoce que los koalas
mueren de estrés,
que sufren infartos,
que se mueren…
Quiero abrazarlo.
Dicen que si lo estrechara entre mis brazos
moriría del miedo y la impotencia,
no de hambre,
no de frío,
morir de hombre.
Quiero abrazarlo.
Que el único abrazo que resisten
es el de sus iguales,
el de la cría incapaz,
el de la pareja en el árbol,
el del amigo necesitado.
Querer ser un koala
y quedarse en esto.
Querer abrazarlo sin que muera.
Morir solo, dejarlo morir.
Dejad que mis brazos tiriten…

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