22 de noviembre de 2011

Antes del amanecer, Antes del atardecer...

La más grande historia de amor jamás contada

Tenía 20 años cuando vi por primera vez Antes del amanecer. Me volvió loco, hizo temblar todos mis cimientos, me hizo querer romper con mi vida, besar a extrañas, gritar que un mundo mejor era posible.


     Richard Linklater, uno de esos cineastas de verdad, de los que regalan historias de actores y personajes, cine indie para todos los públicos, nos sirvió en los noventa la historia de amor entre los jovencísimos Ethan Hawke y Julie Delpy; él americano, ella francesa, ambos en un tren en medio de la Vieja Europa.
     Cuando se conocen, se proponen una locura. Bajar del tren en Viena y vivir la mejor noche de sus vidas. Recorren la ciudad a pie, visitan lugares preciosos, conocen personajes maravillosos, de los que sólo pueden quedar en la olvidada Europa, y hablan. Hablan de todo. De su lugar en el mundo, de su pasado, de la Historia, de los sentimientos, de lo que implica vivir en esta sociedad, del destino, la magia, la superchería, las promesas, el futuro... Se enamoran. O no. No queda claro, pero todos queremos creer que sí, que sólo les quedan horas juntos y tendrán que rehacer sus vidas, y nosotros, espectadores implicados desde el principio, también tendremos que rehacer nuestras vidas. Pero no es fácil. No sin él. No sin ella. No de vuelta a casa. Sin desvelar más, los personajes tienen que afrontar la decisión de irse juntos y emprender una nueva vida en común o separarse y dejar ese instante, esa chincheta en el espacio y el tiempo que ha supuesto la noche.
     Nueve años más tardes llegó Antes del atardecer, también dirigida por Linklater, aunque en esta ocasión quienes escribieron el guión fueron los protagonistas, Ethan y Julie, Hawke y Delpy, él y ella, ella y él. Incluso fueron nominados al Oscar al mejor guión. Sin entrar en detalles, para el espectador retomar la historia de personajes tan carismáticos e influyentes para cualquiera que haya vivido junto a ellos la noche de Viena, supone un aliciente impagable. Nueve años más tarde, ya no son jóvenes veinteañeros, sino personas maduras que han formado sus vidas. En esta ocasión, la ciudad elegida es París. París, la ciudad del amor, la ciudad de las luces. ¿Cómo se puede afrontar una relación (¿?) tan tierna con el desencanto que dan los años, con la cabeza sobre los hombros, con un presente que nos devora y un futuro que nos ata? Con todas estas limitaciones, los tres artífices de la cinta componen una historia sofisticada, mucho más madura, más desengañada pero igual de tierna, de romántica, de esperanzadora.


     Por eso, el hecho de que los tres implicados anuncien que llevan unos meses hablando sobre el proyecto para comenzar a escribir la tercera parte, posible cierre de una trilogía, me ha arreglado el día. Retomar las vidas de Jesse y Celine en la cuarentena, probablemente con sus familias formadas, con un amor cada vez más difícil de desarrollar, cada vez más cómplices, cada vez más almas gemelas.
     Supongo que la clave de estas películas, además de la química entre ella y el tema universal que tratan, es que vivimos en un mundo sobrecomunicado donde una relación de este tipo es casi utópica. Así, que las vidas de Jesse y Celine se crucen una y otra vez a lo largo de sus vidas por el destino o por iniciativa propia, que una historia de amor que dura toda una vida consista en poco más que un día de sus vidas nos dice mucho del tiempo que pasarán pensando el uno en el otro, imaginando una vida en común, maldiciendo lo que nunca se dijeron, los besos que quedaron en el camino, las promesas que quedan en agua de borrajas.

6 comentarios:

  1. Un comentario sublime. Que ganas tengo de ver la tercera.

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  2. A mas de uno nos ha alegrado el día esta noticia

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  3. Hey, acabo de descrubrir tu nuevo blog. Me alegro de que hayas vuelto. Yo también he vuelto, por si quieres pasarte. Aún no sé de qué forma pero... he vuelto.
    Besos

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  4. @k0r4l muchas gracias por tus palabras. Creo que todos nos morimos de ganas de ver una tercera parte :)
    @Larisavel, yo me he puesto contentísimo, acabo de volver a verla.
    @Distópica, es un placer cruzarnos de nuevo si es que alguna vez dejamos de coincidir en este mundo.

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  5. Pues yo, personalmente, tengo que confesarme fanático de "Antes del atardecer". "Before sunset", vamos. Es una película que, en cierto sentido, fluye, fluye sin darse uno cuenta. Un trabajo inmenso de ambos actores, una espontaneidad casi mágica. Caray...

    Y por ello, tal vez. Por haberla visto tantas, tantas, veces, y haberla disfrutado tanto; me muestro reacio a echarle un ojo a "Antes del amanecer". No quiero que me estropee la imagen que la segunda película me deja.

    Suena raro, pero nunca me he animado a verla. Como tampoco creo que vaya a ver la tercera. No.

    No.

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  6. @Samuel, pues es raro. A mí me parece que la primera fluye mucho más y la magia es más nítida, más inocente, aunque tal vez se debe a que tengo 24 años y me acerco a la visión utópica del mundo de los veinteañeros que a la algo más pesimista de los treintañeros. Dale una oportunidad a la primera; estoy convencido de que no te decepcionará. Por otra parte, no puedo evitar desear ver la tercera :)

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