6 de abril de 2012

Rec 3

SÍ, QUIERO



Algo está pasando con el cine español, y nadie parece darse cuenta de ello. Una corriente (o muchas) de nuevos cineastas transgreden las normas del género y le dan una vuelta de tuerca más allá de los manidos Almodóvar, Amenábar y León. Pienso en Sánchez Arévalo, Borja Cobeaga, Nacho Vigalondo, Balagueró o el que nos ocupa, Paco Plaza. No son nuevos en estas lindes, dicho sea de paso, aunque parece ahora que la conjunción de nuevos aires da lugar a un panorama mucho más compacto en el cine español contemporáneo.

 Si hace unas semanas nos llegaba el Extraterrestre de Vigalondo, ahora viene, también cargada de sorpresas, la tercera entrega de la saga de terror patrio: Rec 3: Génesis, o cómo reinventar la fórmula para ofrecer algo nuevo, aunque coherente con sus raíces. Y es que Rec 3 supone el primer paso en solitario dentro de la saga tras la exitosa Rec y la incomprendida Rec 2, ya que en esta ocasión el dúo Balagueró-Plaza se escinde para la tercera y cuarta entregas. Paco Plaza, insisto, se hace cargo de esta tercera parte con entereza, inteligencia y mucho valor.

 Rec y Rec 2 eran películas aterradoras, agobiantes, asfixiantes. A ello contribuía la localización cerrada del edificio gótico en Barcelona. Al no haber entrada ni salida para héroes y criaturas, la claustrofobia se hacía palpable en cada movimiento de cámara. El caos de la cámara en mano, cómo no, incrementaba la sensación. Paco Plaza rompe de entrada con estas reglas establecidas al abrir el espacio donde se desarrolla la acción y en el modus operandi: hay cámaras caseras, sí, también una steadycam, cámaras estáticas al estilo Redacted (De Palma, 2007) y cámaras cinematográficas como si la película se hiciera convencional. No es el caso. De entrada, nos la presentan como una de esas películas reales, como un found footage a nuestra disposición.

 También cambia el género. De la película de zombies en la primera entrega pasamos a la cinta de posesiones y exorcismos en la segunda, ambas marcadamente terroríficas. Rec 3, si bien no renuncia a ambos terrenos ya explorados, se trata de una comedia. Construir una comedia con el material de partida sólo se podía hacer a través de una enorme autoconsciencia en el guión, lenguaje metarreferencial (ahí está Atún, un personaje creado ex profeso para ello) y situaciones/personajes que rozan la parodia (referencias a SGAE, Bob Esponja, etc...), así como la decisión de asumir el género sin prejuicios y convertir la supervivencia en un desatado slasher imbuido de épica (el caballero y su escudero, la novia dispuesta a todo por acabar su día) y miseria. Y es que no olvidemos que, después de todo, el escenario es desolador y apocalíptico. La muerte y la pérdida como contraposición a la bella historia de amor de los protagonistas, la poesía en la masacre, la belleza en el drama.

 Koldo y Clara se casan con sus amigos y familia. Es el día más especial para ellos, va a ser su día. Tras la ceremonia, se trasladan al convite, donde, tras la comida, la tarta y el baile, las copas, el cutrerío de cualquier celebración de este tipo, se desata el caos. Un infectado ataca a otro, ambos a otros, hasta que todo el salón se encuentra lleno de criaturas infectadas hambrientas de carne y sangre humanas. La pareja queda dividida en plena carrera por la salvación, y tratarán de llegar el uno al otro en medio de la matanza. Para ello, tendrán que matar y ver morir a seres queridos, recomponerse y creer en el amor que les une, ahora más que nunca. Una historia de amor en un escenario de terror que se cuenta como una historia de humor. En ese sentido, es fiel a la primera entrega con el cambio de género que se da a  mitad de la trama en forma y fondo.


Clara es una Leticia Dolera que se alza como musa del terror patrio como ya lo hizo Manuela Velasco en Rec. Novia dispuesta a todo, es sin duda el mayor acierto de la película, aunque Diego Martín no le va a la zaga como príncipe guerrero. Lo cierto es que todo el reparto, lleno de rostros no muy conocidos por el gran público, destila naturalidad y, por ende, realismo. El elenco de secundarios convierte una película que podría ser buena en una cinta muy buena, ya que es aquí, en esos matices, donde cobra mayor entereza: el párroco, el cámara Atún, todos los abuelos, el chaval de la cámara...

 En pocas palabras, podría decirse que Rec 3 es un nuevo acierto al ampliar el universo de la saga alejándose de las anteriores entregas, aunque manteniendo la esencia y el vínculo interno que ya se atisbaba en Rec 2. A la espera de que Jaume Balagueró presente Rec Apocalipsis, cierre de la tetralogía, Rec 3 es una apuesta fuerte, muy divertirda, que sirve como stand alone al margen de la historia previa contada por ambos directores. Vayan a verla: promete risas, gore, parodia, un banquete, música, amor, drama, sustos... y en los créditos finales suena Iván Ferreiro.

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