12 de enero de 2008

Literario


Hay ocasiones, con el paso del tiempo, en las que se te olvida parte de lo que eres y te forma como persona. La literatura es una parte muy importante de mi vida, pero necesito que me recuerden de vez en cuando por qué es necesario seguir con ello. No ya sólo escribir, sino debatir, leer, sumergirme en historias, verso o prosa, y dejarme llevar. Muchas voces señalan que hoy en día la mejor literatura se escribe en televisión (¿bendita huelga?), y de eso sé un rato. Aspirar a ser guionista se me queda grande, aunque nunca se pierde la esperanza. No obstante, sigo con auténtica pasión series de televisión que no mucha gente conoce en estas latitudes (Damages, Battlestar Galactica, Carnivale). Lo cierto es que viendo dichos ejemplos queda patente la relevancia y calidad del medio a pesar de que la labor del escritor televisivo se menosprecia.
________Pero vayamos a lo clásico: el tacto del papel, el olor a nuevo o a leído, la necesidad de pasar la página para ver cómo sigue la historia... Esta Navidad he empezado a leer dos libros que empecé en su día y no pude acabar por falta de tiempo. El primero, con el que había insistido varias veces, se trata de El pistolero de Stephen King; es el comienzo de su saga de siete tomos que conluyó hace dos años, "La Torre Oscura". Es toda una aventura épica, y eso que en la primera parte únicamente se intuyen los esbozos de un universo inmenso. El segundo libro que empecé a leer fue Un millón de luces, de Clara Sánchez, a la que tuve de profesora de narrativa el verano pasado en la escuela de escritores noveles. La llevo a medias, pero se trata de un mapa de personajes en el que lo importante es eso, los personajes, más allá de la historia. Me parece curioso haber estado leyendo ambos libros a la vez, y es que Clara y yo teníamos nuestras diferencias respecto a King. En tercer y último lugar, 2666 de Roberto Bolaño, recomendación de Fran, uno de los ya mencionados jóvenes escritores. Es interesante por lo ambicioso de la propuesta y su estilo distinto de lo tan repetitivamente académico.
________Hace dos días llegué a casa de Antonio. Es inevitable estar en casa de un escritor y no hablar de literatura. A él, tras la escuela de escritores, le dio por escribir poesía en lugar de relatos, que habían sido lo suyo siempre. A mí, le conté, me ha dado por comenzar historias con aspiraciones a convertirse en novelas o relatos bastante extensos. Luego quedé con dos amigas más que se "dedican" a esto y es sorprendente ver cómo crece todo.
________Ahora me enfrento al mayor proyecto literario de mi vida, aunque aún no quiero dar más datos. Estoy acostumbrado a que las cosas luego sucedan de otra manera. Por lo pronto, tengo otro reencuentro con mis escritores hacia abril, la mirada puesta en historias a corto plazo y una pila de libros por leer. Es cuestión de absorber lo que te rodea, dicen, una especie de ósmosis por la cual adquieres personalidad a la hora de crear. Siempre he estado preocupado por eso de encontrar un estilo, por no saber si ya lo tengo o acaso lo tendré algún día. Es fácil a estas alturas flirtear con la forma y abusar de los distintos referentes sin cavilar, a veces por el mero hecho de homenajear o por ver cómo te mueves en otro terreno. No soy terrenal ni realista: me muevo (creo) un universo en el que todo es posible por descabellado que parezca, aunque los problemas a los que se enfrentan mis personajes no dejan de ser nítidos.
________En definitiva, y no sé a cuenta de qué vengo a contar todo esto, estoy de nuevo con ganas de palabras aunque me faltan ideas y tiempo. La una no es nada sin la otra, y suele pasar eso de que cuando no tienes nada que hacer, tu mente no da más de sí, y viceversa. Quiero leer a Lorenzo Silva, Espido Freire, Jose Carlos Somoza... Tengo que leer más de García Márquez, Cortázar, Capote... y algo de Camus, Joyce, Bukowsky... y entonces atreverme a seguir con esto. En fin, terapia de desahogo y desbloqueo.

5 comentarios:

  1. Soy de las que defiende que somos, en gran parte, lo que leemos y, en menor grado, aquello que escribimos. Yo leo, tú lees, él lee, nos leen, os leeis, se leen.

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  2. Recuerdo palabras de Stephen King diciendo que el como creador de libros esta obligado a leer. Es la fuente de donde bebe, no hay otra. Creo que el leia 3 libros por semana o algo asi. Y sobre escribir...supongo que la practica es una gran parte sumada al necesario talento. Hay que escribir mucho mucho mucho para que salgan cosas malas buenas muy buenas y geniales. Lo importante es seguir en el camino. quien sabe donde te llevará.

    Mucho ánimo

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  3. Me alegra verte con tantos ojos y con tantos dedos.
    Espero que te cunda, en ambos terrenos.

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  4. Si tú no llegas a guionista, yo me quedo en el camino de gui-
    Seguramente no te darás cuenta y no te consideras el próximo ruiz zafón, pero yo sé, y yo soy un poco bruja, que lo serás, así que no nos cuentes patrañas y comienza a creerte lo bueno que eres!!

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  5. El bloqueo es tan sólo un rasgo más del escritor.

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