24 de agosto de 2008

21st


Volvamos al 9 de agosto, que es algo que tenemos pendiente. No estoy más viejo, ni más guapo ni más feo; tal vez algo más gordo y torpe, más cansado… En esta ocasión no tengo pensado hacer un repaso vital como lo hice en su día con mi post más exitoso, sino que lo voy a tomar como el año de suma y sigue. Curiosamente, si ahora vuelvo la vista atrás y les echo un vistazo a las previsiones y a la buena sensación que desprendían los 20, veo que acertamos. Pasa un día y pasa otro día, y otro, y otro, y así 365, y te das cuenta de que de nuevo es 9 de agosto (¡mierda, se me olvidaba…. habrá que llamar a Jose), porque nací por cesárea a las 2 de la mañana y, aunque era algo que ya sabían y esperaban, en lugar de un bollo traía a mi mellizo bajo el brazo. Y si mi vida ha sido aburrida o yo soy aburrido o no soy el tipo de persona de los que ganarán, sino de los perdedores, lo soy porque así me he hecho. Parece sobreestimada la clave de mi autodidactismo, pero es cierto que lo que me conforma como persona lo he logrado, para bien o para mal, por mí mismo en un 99%. Total, que el año comenzó de puta madre con el final de un agosto cargado de nervios, esperanza y sombras que me visitaban de noche para contarme secretos, y en septiembre conocí Swansea con todo lo que ello conlleva. Al principio esa palabra se colaba tímida, apenas audible entre mis dientes, pero ahora digo SWANSEA y me acuerdo de María y de Raquel y de David e Iñaki y de Sheila y Janire y de Claudia y Eleanor, entre otros muchos. Y me acuerdo hasta de Betty, de Cardiff y de Torchwood. Porque ya será el año en que me fui de Erasmus y visité lugares maravillosos y conocí gente que necesitaba conocer, e hice amigos de todas partes y tiré abajo prejuicios y construí otros tantos. Y será el año de Damien Rice en concierto, del cine en VO en el VUE y los paseos por Londres y esa maravilla llamada Oxford. El año en que me reconcilié definitivamente con la fotografía y la poesía, en el que puse al cine en un altar y… Bueno, esto no es nada. Hacer balance nunca se me ha dado bien, pero puedo decir orgulloso que al menos hice diez buenos amigos, buen ritmo anual, aparte de lo bueno y lo malo que conocí. El año en que bebí hasta vomitar, mi año de la melancolía elevada a nombre de enfermedad inventada, wackness. Y también de enamorarme, por qué no, puede que varias veces o de no desenamorarme ninguna. El año de las comidas exquisitas y del amargo regreso a casa, a una Granada extraña, casi fantasma de lo que era. El año en que fui más feliz y más triste de toda mi vida, en el que reí de miedo y lloré de alegría, pero también de tristeza. El año en que me refugié en los abrazos y reconocí mis propias limitaciones, el año en que perdí media sonrisa a cambio de ganar emociones antes no vividas en el pecho gracias a todos vosotros, porque sigo vivo y esto no ha sido más que una mala piedra en el camino, nada de punto de inflexión. Everything’s gonna be alright… Y ahora mentidme, pero ya que estoy en los 21 lo único que me entristece es que no tuve mi fiesta. Mis 21 años se la merecían, ¿me equivoco? Porque joder, no todos los años se crece tanto. Cre(zc)o ¿brindamos?

7 comentarios:

  1. Debería usted cumpliar años cada día, caballero, porque te desnudas entre palabras como nadie más sabe.
    Recupero mi comentario a tu cumple el año pasado...la bombilla sigue encendida, y yo sigo girando...

    ResponderEliminar
  2. Brindemos, como no. Y que sean muchas más veces, porque merece cumplirlos.

    ResponderEliminar
  3. \=/ \=/ va por ti Briannini!! :)
    Un abraccio forte!!!

    ResponderEliminar
  4. El blog vuelve a estar productivo: aleluya!
    Un abrazo desde la lejanís de un ciber de playa.
    Rigoletto

    ResponderEliminar
  5. Es lo menos que podemos hacer.
    Va por ti peque.

    te dejo un abrazo.


    Cuídate.

    ResponderEliminar
  6. Pues felicidades atrasadas, no solo por el cumpleaños, si no por todo en general.

    ResponderEliminar
  7. Yo llego un poco tarde pero he vuelvo a mi buen y viejo blog y me paseaba por aquí. Recordé tu artículo de los 20 y decidí leerle el de los 21, distinto. Más parecido a algo que yo escribiría.
    Feliz retorno, un besazo

    ResponderEliminar