29 de noviembre de 2011

El Cuentacuentos: ¿te gusta escribir?


Aprender a escribir lo hace uno, fundamentalmente, leyendo mucho.
No obstante, escribir bien es un ejercicio de práctica. Cuando empecé a escribir, cuando no existía Internet, cuando sólo éramos el folio en blanco o el cuaderno y yo, cuando aún no había desarrollado mis manías (porque, como en todos los oficios, en esto hay manías), bastaba con escribir sin pensar: armar un cuento a partir de la nada. Planteamiento, nudo, desenlace. Nada de teoría. Instinto literario.
     Así, comencé a desarrollar ciertas pautas: escribía de noche y en la cama, con mucha luz, con poca luz, daba igual. A veces, antes de dormir, apuntaba ideas a oscuras en un cuaderno, muchas de las cuales al día siguiente era imposible distinguir. Ideas que poblaban mi primer cementerio de ideas desechadas. En cuanto a textos más extensos, los escribía en nuestro primer ordenador, uno de mesa que aún está en casa, duro como ya no se hacen, y escribí muchas y muchas páginas. Descubrí Internet y empecé a frecuentar foros literarios. Recuerdo, por ejemplo, uno vinculado al diario Ideal de nombre Atramentum.
     Cuando llegué a Granada con 18 años y un mundo enorme ante mí, decidí aprovechar cuantas posibilidades me brindaba la ciudad. El wifi gratis del vecino me descubrió un mundo de noches en vela frente al ordenador, ese invento de los blogs... Me creé un blog a medida que descubría la música, el cine, la literatura, y a medida que redescubría el mundo, llegué a una página, EL CUENTACUENTOS (en el difunto servicio de Windows Live Spaces).
     Se trataba de una iniciativa movida por varios amantes de la literatura que se habían conocido a través de sus blogs e intereses comunes. Entre todos, decidieron escribir cuentos. Ésa era la idea de base: escribir cuentos. Qué bonito, joder; un puñado de desconocidos que se reúnen todos los lunes a contar cuentos.
     Al fin era posible. Gracias a Internet era posible.
     La comunidad de escritores comenzó a crecer de manera exponencial. Hubo una época en que se publicaban cerca de cien cuentos a la semana, lo cual suponía una barbaridad de talento y tiempo invertidos en el tiempo por el arte mismo. De hecho, empezaron a sumarse participantes no ya de toda España, sino de Latinoamérica, y no sólo aficionados, sino escritores publicados, gente que no sabía escribir muy bien y gente que escribía de aúpa, gente que mejoró muchísimo, gente que gracias al Cuentacuentos lograba cosas.
     Mi caso es bastante sencillo. Me apunté a la moda cuentacuentil y todos los lunes publicaba mi cuento sin falta. Era un ejercicio agotador, porque daba la sensación de que te exprimiera el cerebro de talento e ideas. No obstante, a la par iba haciendo callo para los años que vendrían más adelante. Así escribí mi segunda novela o novelita, semana tras semana, capítulo a capítulo, con el aliciente de enlazar las partes con la nueva frase de la semana: un trabajo de locos, para ser ciertos. Así nació, digo, una obra que no ha hecho más que reportarme grandísimas alegrías y amistades inexcusables: Si llueve...
     Como en todos los mejores cuentos, en El Cuentacuentos también hay misterio. Detrás de la página, de la idea, del insuflo de vida, se oculta un ser desconocido llamado el Señor de las Historias. Nadie lo ha visto nunca, sólo sabemos que desde la sombra se alimenta de historias y alienta a los cuentacuentos a escribir. Todo esto creció mucho al punto de que tuvimos que volar de MSN a la web propia, con su estupendo foro donde se debatían temas eminentemente culturales. Así nació la web definitiva, EL CUENTACUENTOS, y el FORO.
     Para participar, basta con registrarse en el foro y mirar las instrucciones, enlazar tu blog al perfil y comenzar a publicar. Todos los martes nos dan una frase, y a partir de esa frase se escribe un cuento, esto es, con esa frase al principio, que se publica el lunes cada uno en su respectivo blog. Una frase, mil historias. Es fácil. Además, los participantes también pueden sugerir frases para las semanas sucesivas.
     La página lleva un año muerta, estancada, quieta, a pesar de los esfuerzos loables de algunos nostálgicos cuentacuentos por avivar la llama del foro. El Señor de las Historias nos ha llamado como Voldemort llamaba a sus mortífagos, y creo que muchos estaremos listos y dispuestos a volver el lunes con nuevas historias.


EL CUENTACUENTOS vuelve al ruedo. Os lo recomiendo de veras: hay talento y gente maravillosa, amigos que no dejarán de estar ahí a pesar de la distancia, a pesar del tiempo, porque la literatura nos hace inseparables.

4 comentarios:

  1. Joer killo que bien explicado, está tan bien explicado que voy a poner un enlace a tu blog desde mi última entrada porque a mi no me saldría mejor explicado.
    Te visito el lunes sin falta.

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  2. Jara, más ilusión que nunca.

    Manolo, yo ya lo he intentado, y bien. A ver qué tal el resultado.

    Andrés, me pongo colorao. Gracias por el enlace, y espero tu visita.

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