29 de enero de 2012

en inglés

No soy bilingüe.
     Con todo, el inglés es un idioma que conozco bastante bien. Después de todo, se trata de mi especialidad académica: traducción y enseñanza de idiomas. Por lo general, he mantenido la literatura y lo académico separados por una mera cuestión de comodidad e integridad. No obstante, a veces ha habido algún desliz. Recuerdo la primera vez que escribí un poema en inglés.
     Fue en 2008-2009. Era de noche, estaba en la cama y cansado, el mejor estado para escribir poesía. Lo escribí de tirón, un poema sin ninguna pretensión, en inglés.
     Más tarde, durante el verano de 2010, mientras vivía en Bristol también decidí escribir algunas cositas en inglés, básicamente dos cuentos, uno de ellos que entroncaba con La traición de Wendy; el otro, un relato de misterio con una joven despampanante muerta y un detective en horas bajas, viejas rencillas familiares y sueños proféticos. Quedé muy contento con el resultado.
     Mi siguiente aproximación al inglés desde la literatura consistió en la traducción inversa de varios poemas míos en 2010, mientras que el pasado diciembre traduje unos cuentos en el español al inglés para la publicación de una ONG.
     Ayer, retomé el inglés. A ello me llevó El Desencantador. Por una serie de eventos, necesitaba poner en boca de un personaje un poema o dos escritos en inglés con su correspondiente traducción. Así pues, me puse a ello y escribí unos versos en inglés que resultaron de este modo:



Suit my lust.
Fit in my shape,
flow like a snake
around my belly.
Crash my mind,
hear my spell,
draw your ghost through my moles.
Do it again.
Please.
Just once.



shave my nails
erase my eyes
swallow my skin
believe my lies
pierce my throat
kiss my neck
close my door
occupy my deck
comb my arms
break my hips
inhale my lungs
turn my lips

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