26 de marzo de 2012

Amor es una palabra antigua

Éramos de algo que escapa al hombre,
de miedo y duda,
de nube y sueño;
éramos los dueños de la tierra que pisamos,
los únicos con visa
y pasaporte en regla.
Éramos lo que habíamos imaginado
en noches de vigilia,
de calle y negro,
de negros bares;
éramos tan jóvenes, tan lentos,
tan pretendidamente melancólicos
y prófugos del mundo.
Éramos la caries de los ángeles,
la fuerza más centrípeda
que aleja nuestro paso;
éramos tan poco y a la vez, tanto
resuellos de carámbanos de piel,
crisálidas de media luna,
cadáveres que se aferran a las ganas
de joder, de amar tan fuerte.
Éramos licántropos
en mundos tróspidos
que sólo pueblan hadas y centauros pútridos,
que sólo tienen lava y ríos y ciénagas.
Éramos de fantasía y éramos tan ciertos.
Éramos Cicerones de carácter prístino.
Éramos superhumanos sin conciencia nítida.
Éramos desangeladas almas en derrota.
Éramos lo que el destino había dictado para reyes.
Éramos dos cuerpos tan calientes,
tan escuálidos,
tan restos
de la vida en un planeta intergaláctico
llamado Aquí, Vida.
Éramos leyenda y éramos olvido,
éramos sólo hombre y mujer
reescribiendo el óbito del mundo.

2 comentarios:

  1. Aquí tus fans TE AMAMOS JOSE ALBERTO.

    Te parecerá poco ser (de) tantas cosas... :)

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  2. Anda ya, que me vas a sacar los colores...

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