7 de abril de 2012

Marzo negro

Durante el mes de marzo he leído Crezco, de Ben Brooks, y he comprado varios libros, a saber: La broma infinita de David Foster Wallace, la biografía de Nina Simone La vida a muerte de Nina Simone y Cuartel de invierno, de Luis García Montero. He tratado de ir al cine al menos una vez a la semana, aunque el presupuesto no me lo permitía. Con todo, disfruté Extraterrestre de Nacho Vigalondo y Chronicle de Josh Trank, y me compré, aunque ya la había visto varias veces, I'm not there, ese improbable biopic de Bob Dylan de la mano de Todd Haynes. No he dejado de comprar mis ejemplares mensuales de las revistas Esquire y Rolling Stone. Por si fuera poco, he dado una charla en una biblioteca de Madrid, otra en la de Linares y dos clases sobre la figura de Peter Pan en un instituto de Madrid. Me han publicado algún que otro artículo sobre el panorama literario actual. Como todos los meses, he pagado religiosamente mi cuota de Spotify para disfrutar de toda la música a todas horas. He estado corrigiendo la novela que terminé en febrero. Además, me han regalado varios libros, muy distintos entre sí, y he regalado algún libro yo también.
     En definitiva, éste es un post reivindicativo con la cultura, porque la solución no está en dejar de consumirla para que pase por el aro de la piratería, para que la ley del todo vale se asimile, para que no haya que pagar por el trabajo de otros. Hay que consumirla sin miedo, sin prejuicios, sin frenos para cimentar una industria potente que posibilite otro modelo, que no dependa de ayudas gubernamentales, industria que genera trabajo y sueños. Yo este marzo negro he tratado de arrojar luz al mundo, de no aborregarme y renunciar a lo que amo

1 comentario:

  1. ¿Sigues usando tu cuenta de correo de siempre?

    Me lo cuentas al mail, ¿vale?: ccalvopareja@gmail.com

    Cris Klover

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