15 de julio de 2012

Seguimos vivos

Esta semana ha hecho cuatro años del infarto cerebral. No morí ese día, si bien ha habido días de desear morir entre tantos meses. No sé, supongo que siento la necesidad de hablar de estos años, de los cambios y las limitaciones, de lo bueno y lo malo que me aportó ese infarto, porque, como en todo, me trajo diversidad. Creo que no he sufrido realmente, que en el fondo lo del ictus era una forma más de sentirme distinto o especial.
     La cuestión es permanecer en un hilo. Ya sabes: cualquier día podría repetirse, cualquier día podría ser peor, cualquier día podría ser el último. No te dicen: Jose, a ti te pasó esto. No, porque eso sería demasiado fácil. Te pasó esto por esto, y si haces tal cosa no se volverá a repetir. No dejan de repetirme que no hay un 100% en ninguna parte, así que he aprendido a vivir con la duda. En parte es romántico eso de que cualquier día pueda ser el último, aunque no tanto que cualquier día te puedas quedar postrado en una silla de ruedas o una cama porque tu cuerpo hace cosas raras, y no es tu culpa. O pensar que cualquier día no pueda mover los dedos. Eso me mataría. Me mordería la lengua, tomaría cicuta, me arrojaría a las vías, volaría desde la ventana de mi cuarto.
     Porque recuerdo una cosa, sólo una, y esa cosa es el miedo. Despertar con tu mano izquierda inmóvil, apenas lograr sacar la fuerza para escribir. El miedo era no poder escribir. Supongo que no puedo decir más.

1 comentario:

  1. Yo también tuve miedo ese día, cuando alguien me dijo que estabas mal, pero no pusieron decirme más... Y lo peor era el no saber si estabas bien, si sólo se quedaría en un susto, si todo volvería a la normalidad...

    Reconozco que me asusté. Una de las cosas que me provocan más me aterran es el que le pueda pasar algo malo a la gente a la que tengo cariño. Y sí, aunque aún no nos hayamos visto en directo tú formas parte de esa gente que, aunque en la distancia, siempre tendrá un lugar en mi corazón.

    Me alegro mucho que todo saliese bien, así podemos disfrutar más de ti y a ver si llega ese abrazo que te tengo prometido. Un beso rubito.

    ResponderEliminar