24 de noviembre de 2012

Luceros clausurados: Javier Domingo



Nombre: Javier Domingo

Edad: 30

Ocupación: Arquitectura y cosas de esas.

¿Qué haces ahora mismo?
Busco poner en práctica aquello en lo que creo. Y creo en el arte y la arquitectura participativa como herramientas de cambio/dinamización de las sociedades; y que actuando de este modo en el espacio público, es posible mejorar los vínculos de la gente con el que lugar en el que vive.

¿Dónde vives?
Ahora en Zaragoza, aunque siempre temporalmente.

¿Te dedicas a la creación? ¿Qué te ha llevado a ello?
Por lo menos he decidido trabajar del modo que lo hacen los creadores. Un artista o un escritor tiene un proyecto personal, algo que contar y dedica mucho tiempo a ello. Un proyecto de arquitectura, al igual que una novela, requiere de mucho tiempo y esfuerzo para conseguir algo con lo que estar medianamente satisfecho. Todo ese esfuerzo caerá en saco roto si no se consigue que un promotor construya el proyecto o que un editor publique la novela, pues sin esto nunca nadie podrá disfrutar de tu obra.
Esta consabida frustración solo puede sobrellevarse siendo consciente de ello, entendiendo que tu trabajo es tu fin en sí mismo, tu pasión y/o tu terapia. Yo necesito trabajar así y disfruto de ello.
Prefiero mil veces no participar en ningún proyecto de arquitectura como tal, a hacerlo en uno que no me apasione.

¿Crees que lo que haces es importante?
Creo en la capacidad de la arquitectura para mejorar la vida de las personas, pero también en su capacidad de empeorarla. Y eso es importante.

¿A quién admiras? ¿Por qué?
Podría nombrarte muchos personajes con cualidades realmente auténticas, pero me quedaré con un nombre propio: José Antonio Labordeta. Por su valentía, audacia y rebeldía… capaz de dar esa bofetada con flores que tanto echamos en falta.

¿Te cuidas de algún modo?
Me cuido y también me descuido. Pero no voy a revelarte mis secretos, solo te diré que nunca como en un McDonald's, he desintonizado Telecinco de mi televisor y me hago las ingles una vez por semana.

¿Crees en el amor?
Si.

¿Y en Dios?
No, pero en ocasiones me gustaría poder hacerlo. Si así fuese, lo que es seguro es que elegiría cualquier dios perteneciente a una religión que no fuese la católica. No por nada personal sino por mera cuestión estadística.  Al decantarme por un dios, seguro que el resto no se lo tomarían a bien, y si luego va y resulta que alguno de ellos realmente existe, por lo menos el dios de los cristianos sabría perdonarme.
Por lo que tengo entendido ese es su trabajo.

¿Me recomiendas un libro, una película y un disco de música?
Globalia (Jean-Chirstophe Rufin), Pranzo di Ferragosto (Gianni Di Gregorio), Pequeño (Enrique Bunbury).

Viajemos en el tiempo. ¿Cómo será tu vida en diez años?
¡Diez años no es nada!  Ni tengo planes tan a corto plazo, ni tengo las llaves del DeLorean para comprobarlo. Lo único que sé es que será distinta y que de momento, me gusta vivir con esa incertidumbre.

¿Consumes algún tipo de sustancia estimulante (alcohol, drogas)?
Sobretodo vino,  pero casi nunca con objetivo de estímulo. Y casi siempre barato.

¿Qué es lo más bonito que te ha pasado?
Una sonrisa, una mirada…

¿Y lo más triste?
Desengaños de amores, de la muerte vivida en las propias carnes…

¿Quiénes son tus artistas preferidos?
Son muchos y muy variados: Archigram, Alison y Peter Smithson, Charles y Ray Eames, Rem Koolhaas, Picasso, Goya, Louise Bourgeois, Orson Welles, Groucho Marx, Charles Chaplin, Al Lewis, Anthony Quinn, Bob Dylan, John Lennon, Elvis Presley, Joaquín Sabina, Eduardo Mendoza, José Luis Sampedro, Ivà, Juan Tamariz

¿De qué te arrepientes?
De nada, siempre hago lo que quiero y deshago lo que más quiero.

Tu relación con la política, si la tuvieras…
No pienso que la cosa trate tanto de izquierda, de derecha o centro... se trata más bien de arriba y abajo. Sabemos quiénes estamos abajo, ¿por qué no se identifican quienes son los que están arriba para actuar consecuentemente? Ellos nos están robando la política, los que con sus sofisticadas herramientas han conseguido tener en sus manos el futuro de tantos. El cual depende ahora de oscuros fondos de inversión y de bancos a los que nunca les han preocupado ni lo harán, ni los desahuciados, ni los 5 millones de parados en España, ni la sanidad, ni la educación.  A pesar de que es fácil el desencanto con estos políticos, que mientras se culpan los unos a los otros, son cómplices de todo ello, como ciudadano estoy convencido de la extraordinaria necesidad, quizá más que nunca, de la política. Es la que  debe garantizar los derechos fundamentales, a los que yo no quiero renunciar.

Los jóvenes de hoy en día… ¿qué?
Somos jóvenes, como en todas las generaciones: unos que bostezan y otros que aúllan. Me molesta que se identifique a toda una generación con personajes como los de Gandía Shore. De éstos los ha habido siempre y son los menos... si no, ¿a ver cómo se explicaba antes lo de los tunos?

Va, cuéntanos, ¿en qué estás trabajando?
Ando metido en varias cosas, algunas muy chulas. Ahora estoy acabando una propuesta para un espacio escenográfico de una compañía de teatro que prepara una obra en plan Reservoir Dogs. En la que los matones y los ladrones que atracan bancos son sustituidos por banqueros y políticos profesionales sin escrúpulos, gente que día a día ordena desahucios, rescates millonarios, amnistías fiscales y recortes educativos. Estoy muy ilusionado con este proyecto y espero que salga adelante.

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