Nombre:
Andrea Jaurrieta
Bariain
Edad:
26
Ocupación:
Actriz y directora.
Cada día más directora… (y de vez en cuando fotógrafa por afición).
¿Qué haces ahora
mismo?
Estoy terminando de montar mi último cortometraje ‘Los años dirán’ y preparo mi
primer largometraje ‘Ana de día’ en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
¿Dónde vives?
Este año me vuelve a
tocar Madrid.
¿Te dedicas a la
creación? ¿Qué te ha llevado a ello?
Me dedico a la creación
irremediablemente, dada mi incontinencia verbal e hiperactividad. Creo que
nacer con estos dos handicaps fue lo
que me llevó a ello.
¿Crees que lo que
haces es importante?
Para mi abuela siempre quedará la frustración de que su
nieta no haya salido abogada o médica, pero luego recorta y guarda las noticias
del periódico donde salgo y tiene tres fotos mías medio desnuda de la serie potenciapotenciapotencia colgadas en la
pared del salón para fardar en las partidas de brisca con las amigas. Para mí
eso lo es todo: si mi abuela está orgullosa, entonces mi trabajo es importante.
¿A quién admiras?
¿Por qué?
Cuando era pequeña siempre leía en las revistas que los famosos contestaban
mucho a esta pregunta con “a Juana de Arco”, así que un día cogí un libro sobre
ella en la biblioteca de mi pueblo y traté de leérmelo. Como me aburría, a las
20 hojas lo dejé. Tenía 10 años. Creo que si tengo que estar a la altura y
admirar a Juana de Arco por algo es porque es a la única mujer de la historia a
la que le ha quedado bien ese corte de pelo.
¿Te cuidas de algún
modo?
Con la boca llena de kikos y una cerveza a mi lado, te diré de corazón que voy
todos los días al gimnasio y a todas partes en bici y soy “de poco comer de
siempre”. Creo que esta va a ser la respuesta más seria de esta entrevista.
Jeje.
¿Crees en el amor?
Como dice la canción
“Che coss’è l’amor?”
¿Y en Dios?
El amor es ciego.
Dios es amor. Ray Charles es ciego. Luego Ray Charles es Dios. (Esto también lo
dice el cantante anterior.)
¿Me recomiendas un
libro, una película y un disco de música?
Esta va en serio, pero te digo dos de
cada. Libro: La náusea, Trópico de cáncer.
Película: Match Point, Con faldas y a lo loco. Discos de música: El
‘Dry’ de PJ Harvey, ‘Cajas de música difíciles de parar’ de Nacho Vegas. (Por
ejemplo)
Viajemos en el
tiempo. ¿Cómo será tu vida en diez años?
Como Paco Rabanne en su día, soy de
las que si tuviera una empresa la vendería porque el 21 de Diciembre de este
año se va a acabar el mundo. Si no se acaba, espero tener una casa como de
anuncio de Gas Natural, así en plan nórdica, pero con un gato de los calvos que
soy alérgica.
¿Consumes algún tipo
de sustancia estimulante (alcohol, drogas)?
No, mamá.
¿Qué es lo más bonito
que te ha pasado?
Soñar con esculturas barrocas gigantes que volaban sobre
Roma y caían aplastando a la gente, la noche después de visitar la basílica de
San Pedro.
¿Y lo más triste?
Que luego mis
guiones no molan tanto como mis sueños.
¿Quiénes son tus
artistas preferidos?
Francesca Woodman, Louise Bourgeois, Hopper, Bacon,
Pippilotti Rist, Godard, Truffaut, Billy Wilder, Buñuel, Fassbinder, Fellini,
Almodóvar, Antonioni…
¿De qué te
arrepientes?
De que todas las mujeres de mis películas y videoinstalaciones estén
desquiciadas. En el fondo yo soy un mujer feliz. Menos los días de lluvia, esos
me da por escribir. Ah, quizá ahí debe de estar el problema.
Tu relación con la
política, si la tuvieras…
Es muy maja cuando estamos a solas.
Los jóvenes de hoy en
día… ¿qué?
No serán tan jóvenes mañana.
Va, cuéntanos, ¿en
qué estás trabajando?
Si trabajar supone una remuneración a cambio de tu tarea,
entonces no trabajo. Llevo mucho tiempo trabajando gratis para mí y para otros.
Eso sí, hacer hago muchas cosas. No paro un segundo. Ahora
mismo trato de cerrar el guión de ‘Ana de día’, que espero se convierta en mi
primer largometraje real, pero no quiero alejarme del todo de la actuación, así
que ojalá salga algún montaje con la compañía de teatro que tenía antes de irme
de Madrid. Espero hacer algún videoarte nuevo este año cuando termine de montar
el corto ‘Los años dirán’ y seguir haciendo fotos cuando me da la vena…
Quizá tenía razón mi abuela, ojalá hubiera estudiado
derecho.
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