14 de febrero de 2012

¿Y tú qué dices, corazón?


Hasta los diecidéis, diecisiete insistía en que tenía un corazón de piedra. Es verdad, no sabía, no supe enamorarme, creo que ni siquiera me encapriché por nadie. Luego vino el amor y lo jodió todo. El amor, ese puto concepto, ¿no? Y de repente entender películas y canciones y libros, y volverse loco y pensar que es verdad, que tal vez sea el amor la única fuerza que mueve el mundo. Sería bonito de ser cierto, pero después, ¿qué pasa después del humo negro? Después del mal trago sólo queda beber más para ocultar el mal sabor, para que la bilis no suba. Acabar con el alcoholismo a base de vodka, por contraproducente que pueda parecer. Quiero enamorarme, juro que lo deseo, pero no quiero hacer a nadie desgraciado, porque veo a la gente en pareja y no se aguantan y no se quieren y se les acaba la química y el amor se acaba y sólo queda la costumbre y luego los reproches, las batallas, el llanto, el odio el adiós. Y eso no nos lo habían dicho. Por eso, cada cierto me obligo a escribir una historia de amor, por eso de lograr que la piedra se cubra de sangre y lata como un tambor o una bomba. Quién sabe, puede que un día estalle.






























5 comentarios:

  1. No podrías imaginar en qué porcentaje estoy de acuerdo contigo. 100% ;)

    Abrazos

    PD: una de las fotos me encanta

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  2. Desde León Felipe a Whitman, he pasado por tantas fases del amor... No sé qué se supone que hay que entender por amor, pero sé que he intentado desesperadamente que lo que yo sentía coincidiese exactamente con aquello que buscaba. Por eso no sabría decirte si son fracasos los míos, o sólo que agoté mi idea del amor hasta sus máximas consecuencias. A veces seguí a Rimbaud y quise reinventarlo, otras..., me sentí como en la película "A los que aman", de Isabel Coixet, y me perdí completamente cuando en soledad me reconocí en el Caballero de Olmedo, maldiciendo a las flechas de Cupido, por errar tanto en su disparo. Lo que no cambiaría nunca, sin lugar a dudas, es reconocerme envuelta en esa magia loca que lo anula todo por un tiempo, y si luego hemos de caer en el abismo, caigamos, habiendo subido a lo más alto. No hay nada que pueda ser tan bello siendo como sea, de cualquier modo. Un saludo

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  3. @Jara, seguro...
    @Julio, me alegro de que estemos de acuerdo
    @Teresa, es lo que tiene de complejo lo que lo hace maravilloso Gracias :)

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  4. No hacer daño, ni que te lo hagan. Yo también llegué a la misma conclusión, pero en cierto modo es miedo o pánico a pasar por lo mismo otra vez, y no sabemos a donde nos llevará, si será más doloroso, o si...
    Igual que tu, a los dieciséis juré que nunca nadie me haría "daño" .Que ingenua, aun no conocía el significado de dolor por amor. Me convencí de que los besos y los abrazos, no hay que forzarlos, se tienen que dar con sentimiento, salir de dentro, no como un simple formalismo. El que lo reciba a de sentirse especial, al igual que tu en ese momento (aun sigo pensando lo mismo, aunque me siguen llamando rancia, fría, seca, distante...)
    Anapi (jajaja por lo de anonimo)

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