Cuando se fue, yo estaba en Lisboa. Escribí en mi cuaderno: Chavela, te vas con el último trago.
Afortunadamente, unos días antes ella había estado en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde era habitual verla tomando el fresco en el jardín o recibir a medios y amigos. Después de su último concierto, también en la Residencia, se puso mal, se agotó. La ingresaron. Tuve la oportunidad de dedicarle unas palabras con la esperanza de que fuera a mejor. Al poco de llegar a México, no pudo más. Falleció un 5 de agosto. Tengo en un cuaderno las palabras que le dediqué unas semanas antes.
GRACIAS... por la música
por los versos
por las noches
por Federico
por Frida
Gracias, Chavela, por la vida que nos diste cualquier día, cualquier noche, porque nos haces saber cuáles son las prioridades, a saber, el amor más hiriente, las horas más largas. Gracias por estos días y por la esperanza que devuelves al mundo con cada palabra. Mejórate pronto.
Recordar a Chavela Vargas es algo que deberíamos hacer de vez en cuando, sobre todo tener en cuenta que esta mujer fue una vez joven y nunca dejó de ser lúcida y valiente. Que cantaba cosas como ésta.
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