29 de septiembre de 2012

Luceros clausurados: Rocío Mendoza Blanco



Nombre:  Rocío Mendoza Blanco

Edad: 23 años

Ocupación: Recién licenciada, aumento las estadísticas de desempleo entre gente joven.

¿Qué haces ahora mismo? Además de buscar trabajo como la mayor parte de la gente… espero unas oposiciones que nunca llegan.

¿Dónde vives? En Jaén.


¿Te dedicas a la creación? ¿Qué te ha llevado a ello? Escribo, creo poemas (o algo que se les parece) y a veces me atrevo también con la prosa. En mi caso fue la lectura la que me empujó a empezar a escribir. He leído siempre mucho, leía más que jugaba, así que desde pequeña tuve esa sensibilidad especial que creo que tienen las personas que leen mucho. Primero eran pequeñas redacciones para el colegio, luego historias de princesas y niñas malas hasta que por fin llegaron mis primeros poemas. 

¿Crees que lo que haces es importante? Creo que cualquier manifestación artística es importante en sí misma. Si además hace feliz o hace sonreír a uno mismo e incluso a alguna persona más, entonces no hay duda: es importante. 

¿A quién admiras? ¿Por qué? Podría decir un montón de personas importantes y reconocidas públicamente a los que seguramente todos admiramos, pero creo que tiene más valía toda aquella gente anónima que hace cosas buenas todos los días, que intenta sobrevivir, que lucha por lo que quiere y que se esfuerza por llevar a cabo sus sueños y que, lamentablemente, no conocemos.


¿Te cuidas de algún modo? Leo, escribo, como, amo, río y duermo (a veces muy poco). No se me ocurre una mejor manera de cuidarse.

¿Crees en el amor? Claro que sí. Si no creyera en el amor no escribiría. Creo que incluso no viviría. Vivir es un acto continuo de amor, aunque parezca lo contrario. 


¿Y en Dios? No, aunque a estas alturas de la vida en las que cualquier cosa puede ocurrir, creería en Dios, en los extraterrestres y hasta en el ratoncito Pérez. 

¿Me recomiendas un libro, una película y un disco de música? Libro: “Niebla” de Unamuno, película: “La mirada de Ulises” de Theo Angelopulos y un disco: el último de Beach House, “Bloom”.


Viajemos en el tiempo. ¿Cómo será tu vida en diez años? Pues espero que tranquila, dando clases de lengua y literatura en un instituto y escribiendo y publicando poemas. No imagino una vida demasiado elaborada.

¿Consumes algún tipo de sustancia estimulante (alcohol, drogas)? No. El viejo mito del escritor atormentado bajo los efectos de alguna droga debería romperse totalmente.

¿Qué es lo más bonito que te ha pasado? Algún viaje de estos que sirven para algo más que hacer turismo y terminas descubriéndote a ti misma, por ejemplo. 


¿Y lo más triste? Como todo el mundo, supongo que perder a seres queridos. Aunque últimamente me pone triste España, muy triste.


¿Quiénes son tus artistas preferidos? Me gustan muchísimo el pintor Edward Hopper y el fotógrafo Robert Doisneau. 


¿De qué te arrepientes? De no haber dicho algún te quiero, de haber dicho alguno demasiado pronto, de no forzarme a corregir más mis poemas, de mi pereza y de mi mal carácter. 

Tu relación con la política, si la tuvieras… sería efímera y poco satisfactoria. Tengo muy poca paciencia con las malas gestiones y las peores decisiones de nuestros políticos en general y de nuestro presidente en particular. Si militara en algún partido probablemente me echarían o terminaría abandonándolo yo misma por no estar de acuerdo con la manera de hacer política.


Los jóvenes de hoy en día… ¿qué? Están dormidos. Deberían despertar, dejar sus iphone y leer a los clásicos. Las probabilidades de que esto ocurra son poquísimas, así que con que despierten ya me doy por satisfecha. 


Va, cuéntanos, ¿en qué estás trabajando? Estoy trabajando en un poemario y en una “novelita” corta. Ambas cosas tratan sobre los recuerdos, prácticamente son un viaje a mi memoria. La novelita, a la que he llamado “El sueño de Céfiro”, me está costando más, creo que estaba demasiado acostumbrada a los versos. Pero todo es cuestión de esfuerzo y tiempo.

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