18 de julio de 2014

Réquiem por Lolita

Pongámonos de luto. Tenemos Réquiem por Lolita.
Al fin llegué a casa, a Bélmez, y aquí me esperaba un paquete de Seur con diez ejemplares de un libro ejemplar. Hace unos meses, tal vez un año, Almudena Vega me escribió para ofrecerme participar en este proyecto, una antología de poesía joven española escogida por ella misma a base de leer mucho e investigar por su cuenta. Para mí, que aún no he publicado un libro de poesía propio, la invitación de Almudena supuso todo un revulsivo.
Cuando descubrí el listado de invitados, ya fue la repera: que me consideraran junto a poetas de la talla de Ben Clark, Elena Medel o David Leo, entre otros, además de Ana Castro, amiga y poeta por descubrir, era más de lo que podía pedir.
Como todo lo bueno, el libro se hizo de rogar, aunque la selección y la propuesta bien lo valían: un recorrido por esa adolescencia poética de todos los autores, una evolución en su creación, la menstruación y las espinillas. De este modo, el resultado, por lo diverso de la selección y los prismas tan alejados desde los que afrontamos cada uno la literatura, es sin duda alguna delicioso.
Sin lugar a dudas, esta antología os aportará algún descubrimiento interesante. Adelante os dejo dos de los poemas que más me han gustado:

Pájaros azules

Yo 
Pájaros azules, metálicos
que se arrojan a los aviones para matar
a los hombres que matan aves al volar
Yo
que he resuelto tu mirada entre masturbaciones.
Animal imperiosos cubierto de sipleza
como puños
que te aplastan sin mirarte
y tus caballos se golpean con mis rosas
y mis caricias
y no me siento más grande
no quiero compararme con el ganador
de los perdedores.
Las flores valen más que todo esto...
Yo valgo menos que el papel donde escribo
pero estoy hecha de tierra
y pertenezco al suelo.

Leonor Azul

Noche
deliberadamente

Noche deliberadamente. Y ya das
por muerta la ciudad. En un vano intento
de naufragio frecuentas portales,
averías, muslos, letreros vacíos.

Noche hábilmente. Dejas que pasen
las horas como siempre pasaron las horas.
Y no es más cierto el amor,
trastos que se amontonan contra la memoria.

Noche casualmente. Firmas un tratado
de paz con todas tus razones,
acorralas las luces de la calle, su suerte.

Que el invierno no sea la llave o la bala
es sólo por tu falta de insistencia,
estratega del desastre, noche oportunamente.

Juan Bello

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