18 de junio de 2011

19J

Sólo tengo un deseo.
Que, visto lo visto, las burlas, los atropellos, el silencio mezquino, la barbarie de mirar a otro lado propia de la clase dirigente, mañana se llenen las calles.
Que todos los medios estén pendientes de una protesta popular, que los manifestantes/indignados/soñadores copen las veinticuatro horas de programación. Que la respuesta sea abrumadora, que España se convierta en el centro del mundo y algo tenga que cambiar sí o sí. Que los partidos políticos agachen la cabeza avergonzados, que alguien tome al fin la decisión de dejar a la gente hacer.
Pero ante todo, que hoy 19 de junio hagamos mucho ruido, tanto ruido que en algún rincón del universo perciban nuestra indignación desmedida, tanto ruido que sea imposible seguir callando (porque no es cierto eso de que quien calla, otorga) , tanto ruido que mañana sea un día mucho más luminoso en todos los sentidos.
Ha llegado el momento crítico para descifrar si esto tiene alguna salida, si seguimos con la protesta callada, si no es hora de tomar la violencia como única vía de escape.
Y esto lo digo yo, pacífico, joven, indignado y realista.

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